Acaba de ver la luz el décimo y último tomo de la
colección enciclopédica DEL TEBEO AL
MANGA. UNA HISTORIA DE LOS CÓMICS, obra editada por Panini y coordinada -y
en gran parte escrita- por nuestro socio Antoni Guiral. Por la gran importancia
de este trabajo y por su indudable interés, hemos querido entrevistar al principal
artífice de este proyecto (en el que han colaborado más personas, incluso
varios asociados de ACyT):
1.Del
tebeo al manga. Una historia de los cómics ha supuesto un esfuerzo divulgativo mayúsculo, que ahora
llega al tomo décimo. Solamente la BDGuide que coordinó Moliterni en
2003, aquel librazo con hojas de Biblia, es comparable. Pero esto es mucho más,
algo único en el mundo ¿Cómo y por qué este atrevimiento?
AG: Imagino que sólo los locos pueden ser atrevidos. O los inconscientes. No sé cuál es mi caso. La idea surgió en 2006, cuando había reiniciado mi etapa como freelance. Panini ya tenía en marcha su división de cómics, con Alejandro Martínez Viturtia al frente. En mis últimos tiempos como editor en Planeta-DeAgostini había trabajado con el entonces recién incorporado Alejandro, y aunque ya nos conocíamos de antes, hicimos muy buenas migas. El caso es que un día me crucé con José Luis Córdoba, director de publicaciones de Panini, quien me comentó que estaría bien que hiciéramos algo juntos. Poco después, recibí una llamada de Alejandro. Yo llevaba tiempo dándole vueltas a cómo configurar una historia de los cómics. Hacía 24 años que se había editado en España la colección de fascículos Historia de los comics de Toutain, y en el mercado internacional se iban publicando libros sobre la historia del medio, pero siempre parciales. O sea, que igual era el momento de llenar ese hueco en la bibliografía. Maquiné un primer boceto de colección y me reuní con Alejandro quien, para mi sorpresa, me habló de la posibilidad de hacer algo respecto al tema de la historia de los cómics. Saqué de mi mochila el boceto, y entonces la sorpresa fue suya. Evidentemente, era un proyecto complejo, porque exigía de mucho tiempo y obligaba a la editorial a creer firmemente en él. Pero si dos años antes, con una simple visita a José Luis Martín en Ediciones El Jueves, le expuse mi idea de editar un libro sobre la historia de los tebeos de humor de Bruguera y, ante mi sencillo sumario, dijo rápidamente “¡Sí!”, ¿por qué no intentar esta locura de proposición a Panini? Hubo coincidencia total y Panini apostó por ello. Era el momento de llevar adelante el proyecto.
2.Por supuesto,
muchos son los que han comparado esta colección teórica con la Historia de
los comics. Explícanos tú por qué nada tienen que ver entre sí y qué ofrece
tu trabajo para atraer al aficionado de hoy.
AG: Como no me gusta hacer comparaciones (contra gustos no hay disputas), me limitaré a explicar qué ofrece este trabajo al lector actual. En primer lugar, una actualización de la historia de los tebeos. En segundo lugar, una fórmula literaria abierta y directa, dirigida a un lector generalista que, por supuesto, pueda también interesar a un aficionado al medio. También una lectura transversal, en el sentido de que intentamos situar los cómics en su contexto social, histórico, político y cultural. Una forma de conocer a los autores, títulos y editores más importantes, con especial énfasis en los creadores, a quien se dedican biografías de una página y, en ocasiones, despieces. Una lectura completa de la historia de la historieta en los principales países en los que se ha desarrollado, incidiendo también en la enriquecedora tradición del medio en Latinoamérica. Y una forma nueva de afrontar esa historia, partiendo de los formatos en los que ha sido publicada.
3.La labor de
coordinación de esta obra ha debido ser colosal. Precisamente porque no hace un
recorrido cronológico sino por grupos temáticos, formatos editoriales,
corrientes y "universos" de ficción. ¿Repartiste los contenidos en
aras de la comercialidad más que de la historiografía?
AG: La verdad es que hay una mezcla entre la comercialidad y la historiografía. No olvidemos que Del tebeo al manga es una enciclopedia, o sea, una compilación de los conocimientos sobre los cómics, su historia en este caso, dirigida a lectores de toda condición. De ahí que la fórmula de partida no sea ni un tratamiento cronológico ni por países, sino, repito, por formatos. Básicamente, porque la forma y el contenido de estas historietas depende muy directamente del formato en que fueron publicadas. Analizando los formatos (y centrándolos en su contexto), podemos entender mejor por qué esos cómics fueron como son y no de otra manera. A partir de aquí, establecí la división entre: prensa, comic books, cuadernos, revistas y libros. Con el manga aparte.
Los seis primeros libros de esta colección enciclopédica, con reclamos en portada de producciones estadounidenses sobre todo.
4.Una gran porción
de este estudio en diez tomos va dedicado al cómic estadounidense. Los seis
primeros tomos basculan sobre ese eje. ¿Crees que nuestra cultura sobre historieta
es eminentemente americana en cuanto a tradición, conocimientos, seguimiento,
modas, etc.
AG: Hombre, en tomos como el segundo y el sexto se habla también de tiras de prensa y de historieta alternativa en otros países que no son EE UU. Creo que nuestra cultura de la historieta es una mezcla, incluyendo también aportaciones propias. Recordemos que a principios del siglo XX, aparte de las historietas de autores autóctonos, se publicaba mucho material británico, por ejemplo. Luego, en la década de los años treinta, fue el cómic de prensa de aventuras norteamericano fue el que más nos influyó, tanto en el sentido industrial como en el gráfico, ya que muchos de los dibujantes españoles que libran sus primeras batallas artísticas por entonces son hijos de la estética de los grandes de las daily strips. También cuenta la influencia italiana (los cuadernillos apaisados y series tan populares como Juan Centella, por poner sólo un ejemplo), y ya en la década de los sesenta y los setenta el claro ascendiente del mercado franco-belga y el italiano. Para luego volver al influjo norteamericano con la implantación de los comic books. Vamos, que sí ha sido importante para nosotros la cultura norteamericana de la historieta, pero también la de nuestros vecinos europeos. Sin olvidar, insisto, tebeos tan nuestros como el propio TBO o las revistas de humor de Bruguera. O sea que somos una miscelánea muy particular.
5.Te has rodeado de
buenos compañeros de viaje en esta aventura, otros teóricos que han completado
biografías, fichas, despieces o hasta capítulos. ¿Cómo los escogiste y con qué
intención?
AG: La intención básica es dejar hablar a los que saben. Tuve muy claro desde el principio que Del tebeo al manga debía de ser plural, con aportaciones muy diversas. Escojo a los teóricos en virtud de su especialización o conocimientos, y les pido que desarrollen un tema concreto, sin darle más directrices, que escriban con entera libertad. Con el tiempo, aparte de despieces y biografías, sentí que era mejor que algunos capítulos los escribieran eso, los que saben, los que han trabajado más un tema o país concreto, y a los que por tanto les sería mucho más fácil que a mí informarse y hacer un buen trabajo. Yo podría, documentándome, haber escrito de varios temas, pero el resultado no hubiera sido el mismo. La colección gana muchos enteros con los colaboradores, que son los que aportan la pluralidad a todos los niveles. Evidentemente, eso por un lado complica más el proceso, pero por otro me lo facilita.
6.Qué tomo te costó
más trabajo completar de forma satisfactoria? Seguro que hay alguna parcela de
esta enciclopedia que se ha mostrado testaruda a la hora de avanzar...
AG: El tomo que más me costó (y uno de los que más me gustaron) fue el séptimo, el dedicado al tebeo popular. Por la razón que sea, no hay mucha documentación sobre ciertos tipos de tebeos populares en países como Francia, sin ir más lejos. La mayoría de historias de la bande dessinée pasan por encima del tema. Quizá es que en su país están considerados menores, sobre todo en comparación con las revistas donde publicaban los grandes de la historieta. Pero el tebeo popular es muy importante, no ya por mayoritario en su momento, sino porque también establece sus reglas y marca un periodo, tanto a nivel creativo como industrial.
7.Es probable que
los tomos 7, 8 y 9, en los que se hablaba de la historieta en cuadernos y
revistas hayan sido menos atractivos para el público. ¿Ha sido así?
AG: Pues sinceramente, no lo sé. No sé si de estos tomos se han vendido más o menos que de los anteriores. Lo que sí puedo decirte es que para mí han sido muy satisfactorios porque, en parte, y por edad, yo formo parte de esa historia. Además, son los que han dado pie a tratar más la historieta española, europea y latinoamericana, por lo que compensan el espacio dedicado a EE UU. En teoría, deberían ser los que más interesen; lo digo porque seguro que los lectores de más de 35 años han de sentirse parte de ellos.
8.El plan inicial
contemplaba también dedicar un tomo al manga y a otras tebeografías, no
olvidemos el título de la obra conjunta, que termina con un "...al manga".
¿Porqué se plantea ahora como un "anexo" a la enciclopedia?
AG: Han pasado ya siete años desde que empezamos a trabajar en Del tebeo al manga. Es mucho tiempo para una colección. La ideal inicial de publicar tres tomos al año vimos muy pronto que era inviable. Porque no daba tiempo a que se difundieran y vendieran los tomos (que no son novedad inmediata, sino fondo editorial), y porque yo no podía afrontar tanto trabajo en un año. Siete años, siete agotadores años. Por otro lado, por lo que sé, tampoco es que la colección sea un best seller, ni mucho menos. Por tanto, la idea de cerrar un primer ciclo con el tomo 10, con la revisión de la historieta en Occidente, nos pareció bien tanto a Panini como a mí. El manga y la historieta oriental (y otras que no habíamos tratado hasta ahora, como la africana), quedan para un tomo más, un tomo específico.
9.En la última
entrega, hoy en las librerías, ALBUMES, LIBROS Y NOVELAS GRÁFICAS
estudias un formato, el del libro, que ha estado siempre presente en la
historia de la historieta, pero sobre todo ahora. ¿Consideras el libro de
historietas hoy como un final de camino o como un refugio?
AG: Buena pregunta. No lo sé. Seguramente es demasiado pronto como para sacar conclusiones. Los formatos han ido evolucionando, han crecido, han decaído, pero fíjate que no han desaparecido. Hoy se publican en el mundo menos revistas de historietas que hace cuarenta años, pero siguen apareciendo, siguen en los mercados. También ha bajado el interés por el comic book de 24 / 32 páginas, pero cada mes hay cientos de novedades en EE UU. El espacio de los cómics de prensa se ha reducido, pero ahí están las series de prensa todavía, y algunas relativamente nuevas. Es cierto que hoy parece que el libro es el último refugio, pero no creo que lo sea. Ni mucho menos el final de un camino. Esto es una evolución, y aun no sabemos hacia dónde. ¿Pueden aparecer otros formatos? Quizá. Ahí está el comic online, por ejemplo. ¿Revivirán algunos de los formatos citados? Difícil, pero no imposible.
10.
¿Qué lugar ocupa
el concepto "novela gráfica" en este libro que acabas de presentar y
en la enciclopedia en su conjunto?
AG: Ocupa, creo, el lugar que merece. O sea, a día de hoy, como un formato del libro. Si quieres, un formato evolucionado, pero se trata de historieta. También es cierto que no acabamos de ponernos de acuerdo para explicar qué es realmente una novela gráfica. Para mí, es un formato de edición que se ha multiplicado en estos últimos años, libros de historieta habitualmente para adultos, que cuentan historias en libertad de temas que pueden o no ser importantes. Libros que suelen ser en blanco y negro, con una amplia paginación y de un solo tomo. Que no son seriales. Que apuestan por un tratamiento más adulto de cuestiones sociales, históricas, culturales y cotidianas, incluso económicas. Y que lo hacen en viñetas, por tanto, son historietas en formato de libro. Ya sé que existe una corriente que busca dignificar estos contenidos y que aboga por erradicar términos como “tebeo”, “historieta” o “cómic” para centrarse en que esto que se está haciendo ahora es “novela gráfica”. Pero no estoy de acuerdo con ellos. El cómic es digno desde su nacimiento. Y desde sus inicios buscó a lectores adultos. Las historietas largas tardaron más en llegar, precisamente por el desarrollo de otros formatos, pero llegaron, y hace más de setenta años de ello. Creo que hay muchas generaciones de autores que buscaron en la historieta una forma artística de desarrollo personal. Que creyeron en sus posibilidades. En Europa o Japón, por ejemplo, ha habido muchísima historieta de género para infantes y jóvenes, pero también, al menos desde los años sesenta, cómics libres forjados por adultos para lectores adultos, sin rescisiones en sus temáticas. Y no digamos en EE UU donde, recordemos, al menos desde la aparición de las tiras diarias existe la historieta para adultos. Los suplementos dominicales a color eran para toda la familia, pero las tiras diarias sólo las leían los adultos. Otra cosa es que nos gusten más o menos lo que hicieron, pero creo, sinceramente, que autores como Al Capp, Walt Kelly, Charles M. Schultz o George Herriman, por poner algunos ejemplos, trabajan para lectores adultos. De todas formas, es pronto para cerrar definiciones. Nos falta perspectiva histórica y ver cómo se desarrolla el tema.
11.
La colección
habla del cómic como medio de comunicación y como legado cultural. ¿En algún
momento te planteas, tras este gran repaso, que es también arte literario o de
otro tipo?
AG: La definición de Arte es siempre compleja pero sí, claro que me planteo que la historieta también puede ser arte. De hecho, para mí ello es connatural al medio. O sea, es un medio de comunicación y de expresión, en efecto, pero como todos formar parte de nuestra cultura artística. De todas formas, para mí la historieta es arte gráfico pero sobre todo un arte narrativo, no tanto literario, que también en algunos momentos.
12.
Dinos si la
colección está circulando por ámbitos académicos y bibliotecas, o si se va a
hacer una campaña distinta, una vez completada la colección, para que esté más
al alcance de aficionados e investigadores en anaqueles públicos.
AG: Por lo que yo sé sí está presente en algunos ámbitos académicos, que la tiene como referencia, y en muchas bibliotecas, eso he podido comprobarlo y la verdad es que me siento muy satisfecho de ello. Incluso me consta que está en algunas bibliotecas de institutos, básicamente por el interés personal de algunos profesores. Lo que ya no sé es, ahora mismo, qué hará la editorial para con la ya colección completada divulgarla de alguna manera para que llegue a más lugares.
13.
Ya te has ganado
un podio con este trabajazo, pero seguro que hay algo que desearías hacer, aún
más ambicioso, pero nunca has querido comentar a ningún editor (por imposible).
¿Te atreves a desvelar aquí algunos proyectos inviables pero necesarios?
AG: ¡Puf, hay tantos! A mí, personalmente, algún día, cuando sea mayor, me gustaría escribir un libro en profundidad sobre el tema de las agencias. Creo que para la historieta ha sido básico, y se ha tratado muy poco a nivel de bibliografía. Además, afecta profundamente a nuestros guionistas y dibujantes, y también a nuestra industria, aunque sea de forma indirecta. También me interesa mucho particularmente el tema de las “novelas gráficas” españolas de los años cincuenta a los setenta, que generaron mucho trabajo a los profesionales del país, y que marcaron durante algunos años las tendencias en los quioscos.
14.
Háblanos muy
brevemente de tu labor con el colectivo Tantatinta. ¿Qué planes inmediatos
tenéis?
AG: Tantatinta es un pequeño colectivo que nace con la intención de divulgar todo lo relacionado con el humor gráfico (chistes, ilustraciones, historietas o dibujo animado). Es una iniciativa compleja, porque exige de mucha dedicación, que has de hacen en, digamos, tu “tiempo libre”. Intentamos organizar cada año unas jornadas, CaricArt, a partir de las cuales promovemos y montamos exposiciones, mesas redondas y conferencias, digamos que lo vehiculamos todo en las jornadas. Hasta ahora no ha ido nada mal. Hemos montado exposiciones que se han paseado por toda Catalunya, y este año la mayor parte de los eventos han tenido lugar en Lleida. También hemos colaborado con el Arxiu Històric de Barcelona, montando una exposición dedicada a Cu-Cut! y ayudando a coordinar unas jornadas sobre el humor gráfico en Barcelona. Contamos con el apoyo de otros locos por el arte como nosotros, autores y coleccionistas que prestan sus originales e instituciones que ceden salas o ayuda de alguna manera. Los planes son seguir esta línea, y empezar a organizar ya CaricArt 2014, que estamos en ello.
15. No dejas de trabajar. En breve comienzan dos cursos de verano en la Universidad de Barcelona coordinados por ti, uno sobre Mujer y cómic y otro sobre la narrativa de los manga. Háblanos de los cursos, por qué son importantes, y dinos si aún hay tiempo de matricularse.
AG: Bueno, lo primer que he de
comentar es que el de manga se ha suspendido. No se han matriculado suficientes
alumnos. Una pena. El de “La mujer en el cómic” está siendo muy bien recibido.
El curso lo coordino con Marta Armengol. Importantes, sí, creo que lo son.
Porque profundizan en ciertos temas, porque los imparten profesores y
profesoras de primer orden, y porque durante una semana podemos aprender muchas
cosas y, de paso, pasárnoslo bien. Para el de la mujer en el cómic, hay tiempo
de matricularse hasta el 1 de julio. ¡Ánimo, que queda poco!
Gracias, Antoni.
¡Eh, tú, lector, ¿a qué esperas para matricularte?! (o para ir corriendo a comprar este libro...)
ACyT. Del tebeo al manga y asociados.
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