Un momento de la presentación en la Sala A de la Feria del Libro de Cádiz, este año dedicada a las viñetas. Tal y como dicta el protocolo, el invitado se sentó a la derecha del presentador (se advierte que el "efecto barriga" lo provocó el reflejo en la mesa de cristal).
Fue en el marco de la Feria del Libro de Cádiz que, sorprendentemente, este año va dedicada al cómic y al humor gráfico, con cartel de Forges incluido. La feria se ha dispuesto en el Baluarte de la Candelaria, un edificio de clara extracción militar, estratégicamente asomado al mar, cual proa de una gran nave, que es Cádiz. El edificio distribuye sus estancias en salas y la feria hace lo propio con sus "paradas" dentro de esas salas. Al contrario que todas las ferias del libro en las que los puestos con tomos o legajos se adosan bajo el sol, en ésta cada editor o entidad se encierra en su cubículo con una ventana que mira al agua, lo que no deja de ser el ideal para cualquier lector: retiro aislado y un resquicio de horizonte al que mirar para digerir la última frase leída.
Pero, a lo que vamos. Presentamos el libro con todos los medios necesarios, buen público y un presentador de lujo, Rafael Marín, un hombre que sirve para un roto y para un descosido no porque resulte gracioso (que lo es) sino porque sabe, y lee, y escribe, y sabe leer y escribir, y cuando habla juega con la sorna o entrevera la ironía, pero siempre sabiendo. Fue emotiva la presentación, fue inteligente la batería de preguntas posterior y el público se mostró muy interesado por el catálogo y por saber más de la historia de nuestros tebeos y de su anecdotario.
Cielo limpio en la cuna de la sátira española. Gracias por ello damos a José Luis Español, que nos permitió estar en la Feria, y a Rafael Marín, por comprender la importancia de este libro.
ACyT. En taza de plata.
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